El término Jefe está en desuso pero solo en el lenguaje.
No es muy habitual que el jefe tenga que recordar a sus subordinados que lo es.
De hecho al igual que sucede con los profesores, se impone una relación dual, buenista en que el jefe es un colega más, alguien a quien el destino le ha hecho la faena de darle el cargo, pero que en definitiva, lo es por accidente y es uno más del grupo al que le toca asumir el rol.
Este nuevo concepto de jefe colega acaba casi siempre mal porque el jefe, al igual que Gari Cooper en “Sólo ante el peligro” tendrá que asumir su responsabilidad y en múltiples ocasiones tendrá que decidir y decir no a muchas de las propuestas o actuaciones de sus colaboradores, que aun no siendo súbditos ni esclavos, tendrán que acatar la jerarquía. Y entonces ya no será tan colega ni tan bien visto. Al final un jefe es un jefe, no hay jefe bueno y toda esa sarta de necedades que dicen los que siempre hacen las cosas bien o tienen excusas para casi todo.
Es bueno contar con un jefe al que se respete y que el respeto le venga por lo que sabe y no por el cargo que ocupa. Un buen jefe sabe, y sobre todo sabe explicar lo que sabe, lo que quiere de cada uno y casi siempre por qué y cómo sin generar dudas innecesarias.
Y en una farmacia, de manera natural, el jefe o jefes lo es o son el o los farmacéuticos. Y a veces nos encontramos con jefes muy jóvenes en relación con empleados maduritos y experimentados.
Esto hay que afrontarlo y pronto para que no se convierta en un problema que genere un ambiente laboral irrespirable que acabe con una baja o un despido.
En general, los colaboradores ante una actitud jerárquica reaccionan y pueden ser o no proactivas en funcionar. Todavía hay quien piensa que el jefe lo debe saber todo y repartir órdenes sin la más mínima sombra de duda. También hay quien piensa que el farmacéutico que es el jefe, lo es porque es un privilegiado que ha tenido acceso y no porque se lo merezca. Es importante dejar claro los roles en la farmacia y hacerse de respetar por lo que se es y sobre todo por lo que se sabe.
Como obviamente esto no es fácil, el jefe, como persona que es, duda y le vienen bien las aportaciones de sus colaboradores, sobre todo si estos están formados y dispuestos a hacerlas y por ello, y para fomentar actitudes positivas para el devenir de la farmacia, una buena táctica es preguntar. La realización de preguntas a tus colaboradores tiene enormes ventajas, a saber:
- Demuestra respeto por su puntos de vista
- Les sitúa en un plano de responsabilidad.
- Les estimula a pensar
- Les anima a experimentar y a innovar, incluso cuando no estás.
- Crea un entorno adecuado de observación y aprendizaje continuado
- Promueves una comunicación más confiada y eficaz
- Les transmites responsabilidad en la solución a los problemas.
- En definitiva les promueves su acción en lugar de su reacción.
- Les enseña el valor de cuestionar a priori, estrategias, clientes, competidores, proyectos etc.
De hecho el objeto principal de preguntar es promover la corresponsabilidad y la acción y no el generar polémica.
El verdadero liderazgo radica en la capacidad de extraer lo mejor del talento de tus colaboradores y lograr que sean capaces de desarrollarlo de manera continuada.
Las preguntas tienen que versar sobre el problema en cuestión y las posibles soluciones al mismo. Cualquier solución tiene que generar valor para los clientes y/o para el/los propietario/s de la farmacia. El debate no es académico sino vivo y no se puede zanjar con un mensaje de autoridad basada en el puesto, (“pues es así porque lo digo yo”) aunque al final, todos deben asumir que en caso de que no se llegue a una solución pactada o consensuada se impondrá el criterio jerárquico (el jefe no es un colega), pero habiendo debatido antes.
Las preguntas también deberán contemplar los costes de cada solución, tanto en dinero como en tiempo, y personas implicadas y tener en cuenta las posibles reacciones de las personas implicadas, de los clientes y de la competencia y todo esto como práctica habitual. Y por supuesto en el caso de una farmacia siempre será importante creer y trabajar en función del hecho de ser establecimientos sanitarios y alineados con un modelo de farmacia que es el mejor del mundo.
Un jefe es un jefe pero un jefe que convence es mucho mejor que uno de los que siempre tiene que ir tirando de galones. Y esto en un ambiente pequeño como lo es una oficina de farmacia y teniendo en cuenta el tiempo de convivencia y el clima que se genera es muy importante tenerlo en cuenta.