Eficacia es el mantra del management actual. Es una característica observada de aquellas empresas que de manera consistente y reiterada proporcionan unos buenos resultados.
Se caracterizan por su capacidad de adaptarse de manera rápida y apropiada a los cambios. Es una cualidad esencial en un contexto de crisis o de cambio acelerado. Darwin sostuvo que no sobreviven los mejores sino los que mejor se adaptan a los cambios.
La eficacia no significa tan sólo la capacidad de cambiar. Incluye la capacidad de hacer en cada momento lo que hay que hacer, con agilidad, diligencia y racionalidad en la manera de responder a los cambios. Suele ir ligada a una visión proactiva que permite identificar oportunidades y riesgos, de resolver problemas y reorientar los recursos propios, en tiempo y forma apropiados, y siempre mejorando lo que la competencia haga, ya sea por hacerlo antes, mejor o ambas cosas. Una farmacia innovadora y que acierte en sus propuestas es una farmacia con el futuro asegurado.
No es una estrategia en sí mismo, sino que realmente es una competencia directiva de relevancia puesto que debe servir para proporcionar una ventaja competitiva y por tanto estratégica.
La manera de ser eficaces se tiene que apoyar en rutinas, entre otras, como estas:
- Agilidad y creatividad. La realidad cambia y con ella se cambian las maneras de trabajar de modo que se sea más efectivo. Nada es para siempre y todo se puede cuestionar. Todos en la farmacia saben lo que buscamos y en qué cosas estamos mejorando. Lo que ayer funcionaba hoy no tiene por qué hacerlo.
- Crítica con lo que se hace y con los que no se hace y también con lo que hacen los demás. En qué somos mejores y en qué no y qué hacen los demás de manera diferente y que les funciona.
- Anticipación. Vemos y analizamos precozmente los cambios en el entorno, saben interpretarlos en relación a la propia farmacia y los comunican con rapidez a todos.
- Experimentación continúa.
- Flexibilidad.
- Valor y prudencia. Para acometer lo que haya que acometer y no dejarse llevar por modas pasajeras o por opiniones de otros que no tienen por qué tener razón siempre. El valor en sí no es una rutina. Se tiene o no se tiene. Pero como todo en la vida, es posible entrenarlo y desarrollarlo y la práctica en la creación y experimentación disipa el miedo inicial al fracaso.
En definitiva, hay que tomar consciencia de la importancia de anticiparse en las medidas de adaptación a los cambios y de atreverse a hacerlos. Lo cómodo es no hacer nada y de eso están llenos los comenterios. Promover la adaptabilidad y huir del confort de la estabilidad en un entorno cambiante. Lo que hoy es rentable mañana igual no lo será y lo que hoy no lo es, puede que mañana sí lo sea. Cuestionar la realidad actual sin olvidar que la realidad actual es la que nos permite comer hoy. Hay que actuar para seguir comiendo mañana pero es importante llegar a ese mañana y el hoy es lo único que conocemos y que tiene resultados reales.
Diseñar en todo o en parte nuestra realidad futura es nuestra responsabilidad del mismo modo que lo es el asegurar la supervivencia en el hoy.