Preocuparnos es una actividad natural en el cerebro humano. Tratamos de anticipar lo que va a suceder y para ello imaginamos y nos preparamos. De hecho pre ocuparse significa eso mismo. Ocuparse de un problema antes de que éste llegue.
Suponemos y en base a esto nos preparamos. Y el problema es que asumimos con excesiva facilidad que nuestras suposiciones son verdad.
Suponemos lo que otros están haciendo o pensando y creemos que lo sabemos.
Decía John Lennon (la verdad es que a este señor se le atribuyen sin duda muchas más frases e ideas de las que dijo o tuvo), que pasamos la mayor parte de la vida preocupándonos por infinidad de cosas que nunca llegaron a suceder.
Por eso, y con mucha frecuencia, al hacer suposiciones, nos creamos problemas, generamos malos entendidos y acabamos por sentirnos afectados personal y profesionalmente por algo inexistente.
Las situaciones que no entendemos o de las que no disponemos de la información completa o adecuada dan lugar a que las personas las completemos en base a nuestra intuición (suposiciones) y en la mayoría de los casos la conclusión es errónea y nos lleva a tomar malas decisiones que siempre hacen perder tiempo y energía o que acaban por concluir en resultados para nada buscados
Como decía si la solución es la comunicación habrá que animar a que se produzcan las preguntas y a preguntar. La confianza debe bastar para preguntar y para responder y estas son las actitudes a animar en tus colaboradores.
Lo primero es pues escuchar, lo segundo asumir que puedes no tener la razón, y a veces, a menudo y por eficiencia renunciar a tener que convencer a todos los que hayan opinado.
La razón suele estar muy compartida y escuchar es la base del pacto y de la aceptación. Los problemas existen pero hay que encararlos y comprenderlos.
Las soluciones compartidas suelen también ser más acertadas y meditadas. Todo problema genera su oportunidad y al revés. La amplitud de miras viene de atender y escuchar activamente a muchas personas con enfoques distintos. Eso no significa que nunca tengas la razón o que los demás no se equivoquen pero es la actitud necesaria para desenvolverse en un mundo cada día más complejo.
Poner en duda las propias decisiones preguntando a gente no implicada es confrontar las suposiciones y quizás aporten información relevante que te haga replantear, o no.
Por otra parte y respecto a lo de escuchar a otros puede suceder que haya que filtrar lo que te llega y sobre todo lo que te llega de personas a quienes caes mal, que te caigan mal o que sean muy pesimistas. No des el mismo valor a las malas noticias que a las buenas. Ni unas ni otras son ciertas al 100% en casi ningún caso y en ambos casos hay que pensar que llevan aparejadas actuaciones que pueden ser verdaderas oportunidades. La creatividad requiere de cierta dosis de realidad pero también de cierta dosis de independencia. Escucha, pregunta, pero actúa.
Dirigir personas (las empresas las constituyen personas y las farmacias también son empresas), conlleva influirles y enfocarlas al objetivo común. Sumar talentos hace que las cosas salgan y salgan bien. Cuando hay problemas serios hay miedo y preocupación como decía al inicio de este texto. Cuando hay problemas serios se ve quien es quien y su valía porque el problema lo es en la medida de quien tiene que afrontarlo. Habrá sorpresas para bien, personas que no creías que aportarían y lo hacen y para mal, personas que ante los problemas se inhiben, se asustan o desaparecen.
El líder debe ser capaz en todo momento de captar y dirigir los miedos y las aportaciones de todos. Incluso de los clientes. Y suponer lo mínimo. Y el miedo como paraliza, no puede formar parte de las características del líder.