No es agradable tener que estar continuamente pidiendo esfuerzos cada vez mayores a tus colaboradores. Como titular de la farmacia y como líder de la misma es tu responsabilidad directiva llevar a tus colaboradores hasta el límite de su zona de confort para que aprendan tanto a vivir con ese estrés necesario así como, a su vez, a aprender a exigirlo a otros que pudieran depender de ellos mismos.
La vida profesional exige esfuerzos crecientes a medida que crecen las exigencias de los clientes y los esfuerzos de los competidores por captarlos.
Cambiar, progresar, y en definitiva competir, exige de cada uno dar más y también ceder y adaptarse. Cambiar es incómodo porque se hace necesario abandonar aquellas actitudes y habilidades que tanto tiempo y esfuerzo nos habían costado adquirir. Las excusas y las prevenciones excesivas ante todo cambio hacen que abandonar la idea de cambiar sea un resultado frecuente. Y esto refuerza la inmovilidad. Por eso el líder no puede desfallecer y no puede nunca darse por vencido. Ha de estimular a su equipo y entrenarles a dar más de si cada vez y no a fallar por no intentar.
Esforzarse continuamente y dar el 100% es muy difícil, pero es nuestro deber exigir actitud y esfuerzo. Aunque no guste. No estamos para hacer amigos aunque si lo conseguimos es un atributo adicional que hará las cosas más agradables y que puede ser motivante para todos, pero sin perder de vista la idea de que estamos para exigir más y mejor trabajo y que este es nuestro deber, aunque no guste ni a quien lo exige ni mucho menos al que se lo exigen (a los que les gusten las cuestiones teóricas le aconsejo leer el tratado sobre la servidumbre aceptada del francés De la Boétie en el siglo XVI que ya entonces teorizó sobre el papel del líder y de sus seguidores).
Los cursos de motivación permiten entrenar estas habilidades de liderar y motivar y cuando son nuestros colaboradores los que los realizan lo normal es que también ellos vean más claramente la necesidad de motivar y de estar motivado en un mundo tan competido y maduro como es hoy en día el de las farmacias.
Entrenar la automotivación así como enfrentar situaciones incómodas ayuda a entender por uno mismo la importancia de estar siempre en la cresta de la ola y de no bajar nunca los brazos. Hay cursos en los que se practica el esfuerzo y se compite y esos cursos son clave para preparar y potenciar las actitudes competitivas y auto motivantes tan necesarias. La comodidad es un cáncer en las organizaciones.
Y además el ambiente no ayuda. Desde todos los frentes sociales se incita a no poner a nadie en tensión ni a pedir compromisos que fatiguen mental, física, actitudes o emocionalmente.
Se promueve el no generar rechazo, no molestar a la gente o se rechaza no hacer amigos. Se prefiere dejar las cosas como están. De ahí la dificultad para mejorar los resultados mediante la exigencia al cambio de quienes desearían seguir sintiéndose cómodos.
Cada uno debe hacer un examen de conciencia y ver que quienes más nos exigen nos están ayudando a crecer y desarrollarnos mucho más que quienes nos hacen la vida profesional confortable. Y en equipo.
También es verdad que a menudo el demandar esfuerzo constante provoca un excesivo nivel de ansiedad que provocará errores, ausencias y búsqueda de excusas y de otros a quienes culpar. Habrás de esforzarte pero sin llegar a la obsesión. Nuestro objetivo es divertirnos con la incomodidad de competir contigo mismo y con otros para estar en vanguardia permanente.
No aburrirás ni tendrás tiempo de aburrirte tú tampoco. Alcanzar unos objetivos permanentemente difíciles es el método para progresar y esto en si es gratificante. Aprenderás tus límites y los de los demás. Y cada día será distinto.
Y por supuesto, tu ejemplo y ayuda serán siempre bien recibidos por aquellos a los que les exijas estar en esta lucha constante. Y a los que se comprometan genérales valor y confianza. Y escucha. Nadie lo sabe todo ni tiene la razón absoluta así que, cuando hayas conseguido que todos te sigan en el esfuerzo y en la adaptación al cambio, cuando tengan tu confianza y tú la de ellos, escucha.
Aprenderás tú también de ti y de cada uno de los que te siguen.