Hay personas que siempre trabajan al límite (o al menos lo aparentan). Trabajar al “límite” significa trabajar con un nivel de estrés muy alto que entre algunos otros efectos menos deseables produce alguno bueno como lo es eliminar distracciones y ayudar a centrarse y completar lo que se considera importante. El problema es que en este modo todo es urgente y eso conlleva que se ha de saber muy bien lo que se ha de hacer de inmediato porque no queda otra que hacerlo y hacerlo ya. Si se hace bien mejor.
Lo urgente abarca todo y por tanto no hace falta ninguna otra clase de planificación. Sólo se planifica a muy corto y así es mucho más fácil equivocarse o perderse respecto a lo importante. No hay tiempo para repensar o analizar, no hay estrategia posible, no se puede elegir qué hacer, ni quien lo tiene que hacer y ni siquiera se puede medir lo que se está haciendo. No es un estado sostenible durante un largo tiempo pero en periodos más o menos cortos sí y en negocios pequeños como lo son las farmacias también. Dependerá mucho del titular y de su estilo de dirección y hay muchos farmacéuticos que por no haber planificado en su día, se les viene dado el actuar así e incluso algunos que creen que es la mejor forma porque se sienten activos (actuando) a toda hora.
Si nos dejamos llevar por la urgencia que se impone en esta sociedad actual dominada por las prisas, nos convertimos en seguidores de quienes planifican y a ser muy eficaces en el día a día, pero trabajando y pensado de manera reactiva a lo que vaya sucediendo. Esto es útil en general cuando se producen incendios sucesivos pero acaba por estallar si se producen varios simultáneos cosa que suele suceder con frecuencia y que pone en evidencia la fragilidad de la situación.
Esta dinámica succiona todo el tiempo disponible y acaba con la vida privada, necesaria para funcionar en sociedad y para la creatividad. El choque con la esfera de lo privado es seguro y si no somos conscientes del problema raro va a ser que le pongamos solución. Cada vez será peor y cada vez tendremos que ir renunciando a cualquier actividad personal o familiar para poder seguir atendiendo a lo urgente de cada día. Y la reflexión se irá evaporando.
El coste de esta actitud es casi siempre elevado, sobre todo en lo personal y familiar. Aparecen enfermedades debidas al estrés sostenido y se pierden relaciones cada vez más cercanas (empleados, amigos, familiares, cónyuge, hijos…). La vida en estrés permanente no funciona y acabamos por ser conscientes de ello y en muchos casos, si se llega a tiempo, abandonando la farmacia. Cada vez son más los casos que observamos de farmacias que se han traspasado por haber llegado al límite personal y cada vez más esto es motivo de conversación en el sector.
Romper con esta dinámica requiere voluntad y esfuerzo. Es casi como el dejar de fumar.
Planificar es vital para ello y delegar también. Hay que encontrar el tiempo del que parece no disponerse. Cuanto antes lo hagamos menos agotados llegaremos. Observar lo que hacemos y por qué lo hacemos y dejarnos ayudar por otros que sin duda lo verán mejor por verlo desde cierta distancia es la única solución.
En nuestra planificación habrá que identificar las causas de las urgencias y el poner espacio de por medio entre nosotros y las tareas que realizamos cada día nos permitirá encontrar soluciones que no pasen por abandonar la farmacia y rendirse. Preguntar y repensar el modo de actuar y llegar a admitir que es una adicción como el tabaquismo y buscar ayuda profesional si no nos sentimos con fuerzas para hacerlo solo es un camino para lograrlo.
Si cuando empezamos éramos competentes, aparte de la edad, ¿en qué hemos cambiado y porque lo hemos tenido que hacer para haber llegado a donde el día a día nos ha llevado? Se trata de actuar para recuperar nuestra competencia y nuestra posición de titulares responsables y por tanto valorar nuestra función directiva y por tanto planificadora mucho más que la ejecutiva y resolutiva. Y el resto delegarlo casi en su totalidad.
Nuestro cuerpo, nuestra familia, nuestros empleados y nuestra farmacia lo agradecerán.