Las ventas caen, los pagos se retrasan. La solución que todos aconsejan, la venta libre, también cae y mis clientes parece que se hayan puesto de acuerdo en pedirme también aplazamiento de pago. Me quedo sin ideas. Los demás me confunden. Todo me presiona y no sé qué hacer.
El entorno me supera y todo parece culpa de otros, de los bancos, de los gobernantes, de las circunstancias, de la falta de crédito, de la crisis internacional, etc. Todos los comentaristas que oigo me llevan a pensar que el año que viene será todavía peor y yo mientras tanto, aquí, parado, bloqueado, agazapado, pensando que todo escampará, que al final se arreglará, que sobreviviré.
La culpa de todos menos mía y eso que yo tomo decisiones a diario. Mi trabajo, me dicen, consiste en dirigir mi empresa, en tomar decisiones que me permitan afrontar la crisis, la reducción de mis ventas, la caída de mis ingresos, la desmotivación de mis colaboradores y sobre todo la de mis clientes.
Mis conocimientos me resultan insuficientes, mi formación no se adecua las necesidades de mi empresa. El mundo cambia muy aceleradamente y no me siento capaz de seguir su ritmo. Lo que sé ya no vale y el mundo me exige una formación continua para la que no tengo tiempo.
Y no sólo yo. Tampoco me acompañan los conocimientos ni la motivación de mis colaboradores más cercanos. Las inercias me vencen y mi estructura de costes se me antoja insoportable, inmutable, monolítica y resistente a cualquier cambio que decida emprender. Las mismas personas, los mismos recursos, las mismas actuaciones no consiguen obtener respuestas diferentes de mis clientes.
El resultado de todo esto es una inadecuación para poder enfrentar los retos actuales.
La realidad precisa de nuevos mecanismos para que podamos enfrentarnos a las nuevas situaciones que van surgiendo de modo acertado. He de reestructurar mi empresa. He de generar y/o encontrar colaboradores eficaces. Necesito colaboradores y proveedores alineados, capaces de actuar anticipadamente. Necesito personas proactivas, que sepan sugerir por dónde han de ir los cambios necesarios. Unidades que se acoplen a trabajar en equipo. Nuevas estructuras más ligeras y adaptables. Unidades autónomas pero con un objetivo común.
Urge el tomar medidas tendentes a retomar la iniciativa profesional y comercial. Urge posicionarse con las personas que me podrán ayudar a salir reforzado de esto. Urge hacer algo y urge hacerlo ya.