Quizás te planteas en estos días ( por la crisis, por tu edad, por lo que sea…) y de una manera especial cómo asegurar un mayor nivel de productividad: la tuya propia y la de la gente que depende de ti. Hay cosas que deberías tener en cuenta y que te ayudarán a lograrlo:
- Pon corazón (pasión) en lo que vayas a hacer. Normalmente se da preponderancia a los aspectos racionales, conocimientos, capacidades, experiencia, como determinantes de la intensidad y calidad de la tarea que se realiza. Y sin embargo yo estoy convencido de que la actitud positiva, la pasión por el trabajo, son motivadores más fuertes para trabajar más y ser más productivos.
- Deja hacer. Trata a tus colaboradores como adultos, personas responsables y capaces de tomar y responsabilizarse de sus propias decisiones. Se supone que han sido contratadas por saber cómo resolver sus propios problemas y tomar decisiones en beneficio de la empresa. No hacerlo genera ineficaces para siempre.
- Decide con rapidez. Estamos hartos de comprobar que cuantas más personas participan en la toma de una decisión, más lento y difícil es llegar a un acuerdo. Los equipos de pocas personas, mejor no más de tres, son más fáciles de coordinar y más rápidos para avanzar. No seamos tan cumplidos que convoquemos a tantos actores para una decisión que acabemos siendo como los políticos que crean comisiones con el ánimo de que los problemas se eternicen.
- Sé flexible. No es lo mismo eficacia que eficiencia. Hacer muy bien lo que se hace no significa que se esté haciendo lo que se debe hacer. Adecuar modo de trabajar a persona y medios es más eficaz que tratar de que alguien haga algo para lo que no vale, aunque estemos habituados a estilos y normas rígidas y uniformes para todos.
- Explica y explicita lo que esperas. Quizás no ha sido explícitamente definida y la imperante es resultado de la inercia y de unas maneras de hacer de muchos años, con prácticas poco eficaces e ineficientes. Es el momento de revisarla y abordar con decisión el cambio. Las cosas cambian, pero los hábitos permanecen. Es importante revisar y cuestionar todo alguna vez.
- Actualízate en tecnología. Si tus colaboradores no disponen de herramientas que faciliten el trabajo conjunto y a distancia, andas muy por detrás del modo en que ellos mismos se relacionan en su vida corriente. La tecnología no es una opción. Solo debes evaluar la necesaria y su relación coste efectividad pero nunca evitar aprender ni conocer las posibilidades que la misma te ofrece.
- Elimina reuniones. Además de caras, habitualmente matan la productividad. Mira de reducirlas al menor número posible y gestiónalas de manera adecuada, con estricto control de los temas y los tiempos.
- Suprime normas y controles innecesarios. El tiempo puede haberlas acumulado y sólo sirven para coartar la capacidad de decisión de tus colaboradores. Si has decidido que merecen tu confianza, no pierdas tiempo y esfuerzo en controles que demuestran lo contrario.
- Persevera. No te rindas porque parezca difícil o no te hagan caso.
- Mide. Lo que no se mide no se puede controlar ni mejorar.