Parece que ya crecemos. No sé si lo suficiente y no sé si las farmacias, pero si, parece que la crisis ha pasado. Al menos, eso nos dicen.
Hay multitud de acciones que hacemos diariamente y que no han cambiado ni con la crisis ni después de la misma. A veces, (casi siempre) las hacemos porque siempre las hemos hecho pero no sabemos ni porqué las hacemos y sobre todo si está bien hacerlas o si existe otra manera de hacer las cosas. Y cambiar las rutinas es duro y difícil, máxime si no se sabe muy bien ni las que hacemos, ni porque las hacemos ni sobre todo, que a que cambiar.
En una economía siempre cambiante y muy competida parece lógico pensar que la introducción de novedades en producto será la clave del tan esperado crecimiento. Y si no en los servicios. En algo en definitiva que no sea en el medicamento.
Sin embargo, no puedes confiar sólo en la innovación relacionada con el producto y o servicio para volver a crecer. Habrás de implicarte en innovaciones de mayor alcance, que afecten a la organización y al modelo de negocio que tienes. En tu caso en los servicios que puedan demandar tus clientes más que en nuevos productos y tal y como venimos diciendo, en nada que ver con los medicamentos de prescripción.
La inercia actual de tu negocio te lleva a centrarte en mejoras del servicio que prestas y en cómo lo haces. Pero este es un tipo de innovación sólo superficial, miope por cortoplacista, pero ineficaz para anticiparte a los cambios que seguro vendrán y te afectarán.
Conceptualmente, para sostener el modelo de farmacia a largo plazo, independientemente de crisis, de vaivenes en la demanda o de la aparición de nuevas tecnologías transformadoras, precisas de la innovación estratégica derivada de la aplicación de nuevos paradigmas y de su concreción en acciones que determinen tu nuevo modelo de farmacia, adaptada a las demandas de la próxima década y no a la demanda que tan bien nos fue en el siglo pasado.
Internamente, la mentalidad innovadora debería formar parte de la cultura y ser gestionada adecuadamente en los ámbitos de las capacidades de las personas, tecnologías, infraestructuras y sistemas organizativos de evaluación y recompensa. Necesitamos de personas atentas a los cambios e involucradas en las propuestas de mejoras.
Externamente, las redes sociales juegan hoy un papel significativo al proporcionar a las farmacias sistemas de colaboración de utilidad para generar ideas innovadoras. Se suman así a otras fuentes más familiares como los clientes, proveedores, asesores u otras empresas.
No desaproveches ningún recurso, interno o externo. Sólo de esa manera podrás anticiparte a los cambios del entorno, ajustarte a las nuevas necesidades de los clientes y definir modelos de negocio, atractivos y singulares, que redefinan la farmacia que se nos avecina.
La viabilidad a largo plazo necesitará de flexibilidad y adaptación continuada al cambio continuado y esto requiere personal y mentalidad estratégica.
A medida que la competencia aumenta por la entrada de nuevos actores en competencia por nichos de mercado que dejan de ser exclusivos de las farmacias, las estrategias basadas en la competencia sobre todo en precio, con nuestros colindantes se nos van a evidenciar como ineficaces. Subsistir en un mercado mediante la pelea con competidores, bien sea por tener los costes más bajos o la diferenciación, ya no ayuda. Nunca tienes el producto más barato ni puedes reclamar una diferenciación singular respecto de otras farmacias.
A algunas farmacias les funciona aun momentáneamente. Se benefician de su tamaño, de su inercia y de su ubicación. Pero para el resto hace tiempo que ya no les sirve. Es preciso cambiar de paradigmas, de cuestionar todo y de abandonar las ideas que provienen de cómo era el modelo en el pasado.
Preocúpate de rastrear cambios en las tendencias, analizar datos de múltiples fuentes, estudiar nuevos problemas, tantear diferentes soluciones. Genera infinidad de preguntas mediante las que puedes llegar a acumular información sobre contextos concretos y ganar familiaridad con lo desconocido.
Explora nuevos modelos de negocio, investiga la manera de satisfacer necesidades cambiantes de los clientes, ensaya con nuevos canales para entregar las propuestas de valor. Establece prioridades respecto a las demandas a atender, personas a incorporar, capacidades a desarrollar, proveedores con los que colaborar.
El riesgo existe por lo que deberás buscar la flexibilidad, determinada por la inestabilidad del entorno, la aparición de nuevas tecnologías y la variabilidad de los requerimientos de los clientes y demás grupos partícipes.
Habrá que centrarse en el descubrimiento de las nuevas fuentes de clientes, en la experimentación con propuestas de valor singulares y atractivas, y esto no se lleva a cabo sin orden o estructura.
Piensa que los que paran son adelantados cuando no atropellados por los que corren.
Y por cierto, la crisis ha pasado a efectos de contabilidad nacional, pero en la farmacia sigue y seguirá. Crisis significa etimológicamente, cambio y eso ya forma parte de la realidad diaria.